domingo, 14 de septiembre de 2014

Dale hilo

La madera del techo cruje, le masculla a mi pavor, encontrándome debajo de las sábanas. El viento de Catamarca se cuela por cualquier rendija, sopla en mi oído, en mi gripe resintiéndose, amaneciendo cada día peor. Siempre la impresión de escuchar pisadas merodeando mi sueño, a eso que no es más que mi intranquilidad despertándose constantemente, incorporándose en la penumbra y vislumbrando la puerta, el picaporte que puede ceder en cualquier momento. Unos pasos ensombreciendo la claridad eléctrica que se proyecta bajo la puerta, a través de la cerradura. Y quizá desde ahí un ojo inspeccionando la habitación, enfocando mejor al percibir un cuerpo tapándose, acomodándose contra el frío. Las ventanas oponen resistencia, son arremetidas, el viento hace que se golpeen entre sí. Parece que alguien desea forzarlas desde fuera, una persona intrépida, una oscuridad aferrándose a los voladizos y la imagino con gorra, cayendo de espaldas porque de pronto deja de sonar, se resigna, cae cuatro pisos, una oscuridad apelmazada en el patio del vecino.  El viento de Catamarca levanta polvo, dobla árboles, deshojándolos, desvelándome con ese rumor que no es completamente extraño. Prevalece un silbido cuando las tablas cesan de quejarse, me ubica en noviembre, los vientos de temporada en la ciudad de Guatemala despeinándome sobre la terraza, la imagen de mi hermano y su amigo volando barrilete, ‘dale hilo, Paco’, el cometa cada vez más remoto, indistinguible, la tensión cortando el hilo, y el silencio expectante, contemplando cómo precipita, cómo cae en un barrio lejano, volviéndose irrecuperable. Y ya no me dejo impresionar por la tempestad afuera, sé que mi hermano construye una farola que la soporte. Mi pieza de pronto tapizada de papel de china y varas de bambú. Cuando amanezca saldrá a probarlo, a darle hilo, sirviéndose del vendaval que recién ayer me aterrorizó. Mientras tanto dejamos que el viento sople, que la madera cruja, que los pasos circulen por el pasillo, su barrilete nos protege, es un amuleto, una promesa de que mañana el miedo será aprovechado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario